Desde hace ya 400 años nuestra bodega ha venido elaborando muchos de los grandes vinos que caracterizan a esta tierra Cordobesa.

 

La Bodega

LAGAR DE CASABLANCA

NUESTRA BODEGA

Desde hace ya 400 años nuestra bodega ha venido elaborando muchos de los grandes vinos que caracterizan a esta tierra Cordobesa. En los Pagos de Moriles Alto, la zona de mayor calidad de Moriles y dentro de la Denominación de Origen Montilla – Moriles, la Bodega Lagar de Casablanca continúa con una tradición que ha pasado de padres a hijos durante generaciones y cuyo resultado siguen siendo unos vinos de máxima calidad y legendario sabor. Este tradicional Lagar selecciona sus mejores cosechas de la variedad Pedro Ximénez para elaborar unos caldos de mayor calidad, siempre en crianza de roble bajo velo de flor. Las bodegas antiguas de conos y las de botas de roble, su patio central de naranjos y su antiguo lagar de pisar, donde se hace la elaboración de la cosecha, conservan toda la esencia de la tradición.

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ENOTURISMO

Moriles es la tierra de la uva Pedro Ximenez por excelencia. Su particular microclima y su característica tierra albariza, propia de los Pagos de Moriles Altos, son el entorno predilecto de esta finísima y delicada variedad de uva que tantas alegrías nos da. Pasear por entre las vides, a lo largo y ancho de nuestras más de doce hectáreas de terreno es un placer para los sentidos. Da igual la época del año en la que nos encontremos. Siempre es un placer contemplar estos campos llenos de vida y de historia y más si ese paseo se hace en nuestro carro de caballos tipicamente cordobés. Sorprende la blancura característica de una tierra en apariencia seca y calentada por el intenso sol cordobés. Pero nada más lejos de la realidad. La tierra albariza guarda una sorprendente humedad en su interior, a muy poca profundidad, suficiente para dar a nuestra vid todo el alimento que necesita para crecer sana y fuerte.

DENOMINACIÓN DE ORIGEN MONTILLA MORILES

NUESTROS VINOS

La calidad de nuestros vinos, su aroma y sabor característicos y únicos no son casualidad. Años de tradición y saber hacer unidos a nuestro clima, la tierra albariza que los nutre, la uva excepcional y la crianza oxidativa y biológica bajo velo de flor, típica de la zona, los hacen verdaderamente singulares y muy apreciados por los grandes sumilleres de todo el mundo. A finales de agosto, cuando la uva está en su punto justo de maduración, iniciamos la vendimia. Recogemos de los campos con suma delicadeza y cuidado nuestra Pedro Ximenez que ya en ese momento concentra todo su sabor extraordinario y una graduación alcohólica de 15º. Después en nuestro lagar la prensamos inmediatamente y la trasladamos a las bodegas donde descansarán en nuestras botas de roble y, con el tiempo, se obrará la magia tan esperada.